LA PACIENCIA
“Había un joven que quería desarrollar su parte espiritual. Entonces decide ir a un monje y le explica sus intenciones.
-Muy bien- le dice el monje – Miraré que monje puede ayudarte.
El monje lo habla con los otros y uno de ellos se ofrece a ayudar al joven.
Cuando está ante el muchacho, éste le cuenta.
-Yo solo puedo venir por la mañana. Entonces. ¿Cuánto tiempo necesitaré?
-Cinco años- le dice el monje.
-Uf, mucho tiempo. ¿Y si vengo mañana y tarde?-dice el joven
-Diez años- contesta el monje.
-El joven lo mira extrañado y le dice.
-¿Y si vengo mañana, tarde y noche?
-Quince años- responde el monje.
-No entiendo nada – dice el joven – Parece que cuanto más tiempo dedico más tardo, no lo entiendo.
-Es lógico- dice el monje- Mientras una parte de ti esta más pendiente de acabar que de aprender, nunca podrás estar al cien por cien por la labor de crecer espiritualmente. Lo importante es aprender y mientras aprendes te das cuenta que nunca dejarás de aprender, sobra preguntar cuando se acaba porque jamás se acaba de aprender”.
(Libro de Tu manera de ver la vida)